La Guancha


Orden de 3 de diciembre de 1991, por la que se aprueba el escudo heráldico del municipio de La Guancha.
En el campo de plata, un pino (pinus canariensis) de sinople, terrazado al natural y con el Teide al fondo. Desde unas peñas, situadas en el cantón siniestro, sale un torrente de agua de plata que discurre por toda la terraza y se pierde por la punta del escudo. Bordadura de ocho piezas, cuatro de gules, que corresponden a los cantones, con una espiga de trigo de oro; y cuatro de oro, correspondientes al jefe, punta y flancos, con un racimo de uvas al natural. Tenantes: dos mujeres aborígenes canarias que sostienen en un brazo y a la cintura un cuenco de barro y la otra mano apoyada en los flancos del escudo, descansando los pies en una cinta de gules con el siguiente lema, en letras de oro: "Nombre te dieron agua y mujer". Al timbre, Corona Real Cerrada.
El pino canariensis simboliza el manto verde natural que desde el principio de la conquista de la isla existía en este lugar y que se extiende hasta Icod, y que era el más extenso e importante de Canarias. Aún hoy conserva el esplendor de antaño, existiendo magníficos ejemplares de pinos canarios en los conocidos parajes de La Romera, El Frontón y Monte Frío. El Teide al fondo simboliza la proximidad y majestuosidad de la estampa que desde este término municipal nos ofrece el singular volcán, punto más elevado de la geografía española. El torrente de agua representa la gran riqueza hidrográfica del municipio, célebre desde los días de la conquista y por cuya razón, como veremos más adelante, pasó a denominarse Fuente de La Guancha. Las espigas y los racimos de uvas en su bordura hacen referencia a los importantes cultivos que, de lo primero, podemos encontrar en las zonas de Fuente de Guancha y el Chupadero, y, de lo segundo, en las zonas de El Roque y La Costa. Las dos mujeres tenantes que sostienen sendos cuencos, representan a dos aborígenes vestidas con el tamarco corto, indumentaria habitual del pueblo guanche que cubre la mitad del pecho y la espalda, adornadas con collares de cuentas de barro, y que representan la belleza de aquella mujer de este lugar que fue contemplada por un capitán castellano, mientras se aprovisionaba de agua en una fuente, y que ante la presencia de este, corrió velozmente sin ser vista jamás. De esta leyenda tomaría luego el lugar el nombre de "Fuente de la Guancha", en recuerdo y memoria de aquel naciente natural de aguas cristalinas y de aquella belleza aborigen. Los cuencos de barro con mango, propios para recoger agua, es característico de las vasijas de la época prehispánica en la isla de Tenerife, y representa la importancia que tuvo hasta la pasada década de los años treinta la industria cerámica en el municipio.